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Nº 18 - Enero 2007
[ISSN 1886-2713]
Dice Chuyú...  

:::Las palabras y los géneros:::

Chuyú con tambor y chácaras

Seguro que ‘tajaraste’ (un baile) y ‘taginaste’ (una planta) son palabras del habla antigua de las Islas que todavía disfrutan de cierto arraigo en el español de Canarias.

El taginaste continúa aportando su belleza a nuestros montes y el tajaraste se sigue bailando en nuestras fiestas populares, al ritmo del ‘pandero’ que le ha dado su nombre. Unas fiestas en las que aún es posible escuchar el arrebatado claqueteo de las chácaras (instrumento parecido a la castañuela) y saborear unas buenas jareas (pescado abierto, salado y secado al sol).

Hace ya mucho tiempo que desaparecieron esas hablas antiguas del Archipiélago, hablas que habitualmente se conocen como guanche o, de forma más apropiada, como amazighe insular, y que tienen su origen en el Norte de África (donde la lengua a la que pertenecían se escucha todavía). No obstante, son cientos los nombres comunes y miles los nombres de lugar que alientan hoy en la variedad del español que se cultiva en las Islas.

El español y el amazighe son idiomas muy distintos y la conservación de las voces nativas, en muchos casos, ha estado sujeta a deformaciones que pueden parecernos un poco curiosas. Veamos qué pasa con los enunciados que acabamos de citar aquí.

Cambiando de género

En la actualidad, usamos ‘tajaraste’ y ‘taginaste’ como vocablos masculinos, mientras ‘chácaras’ y ‘jareas’ las percibimos y empleamos como expresiones femeninas. Porque, en español, el género de las palabras suele manifestarse en las terminaciones: -e para el masculino (el tajaraste), -a para el femenino (las chácaras). Pero en el amazighe insular, la cosa es muy distinta.

Femeninos

¿Qué tienen en común ta-jaras-te y ta-ginas-te? Que comienzan y finalizan igual, con el esquema: ta- ... -te. Y es que ésa es la forma habitual, aunque no la única, de representar el femenino en la lengua amazighe.

Masculinos

Basta eliminar ese esquema para obtener el masculino. Por eso no está presente ni en ‘chácara’ (o shakar) ni en ‘jarea’ (o ghar), ya que no eran palabras femeninas en el amazighe de Canarias.

Sin embargo, ocurre a menudo que los masculinos empiezan por una vocal, casi siempre la a-.Auchón’ (‘vivienda’) o añepa’ (‘bastón de mando’) nos sirven de ejemplo, pero muchas otras veces los masculinos presentan un prefijo también muy conocido, wa-, como en guapil’ (‘sombrero’) o guayota’ (‘demonio’).

Pero hay más. Otro día contaremos cómo esas marcas de género, además, daban cuenta del tamaño de la cosa que se nombraba.

Chuyú se despide hasta la próxima

Autor: Chuyú

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